HISTORIANDO UN POCO Relatos (Dos relatos)
Relato 1 COMO NACE LA IDEA DE VENDER
MI ROPITA
Desde que era una nenita fui una pequeña muy inquieta qué desbordaba
feminidad y coquetería por todos lados, dulce y tierna pero también muy lista y
bastante precoz. Fui la nenita de la familia, me traían vestida como muñequita.
Fui creciendo entendiendo desde chiquita lo que era la feminidad. Cumplía once
años cuando entré a la adolescencia y entonces mi cuerpo empezó a cambiar y a
desarrollarse muy rápidamente, se me marcaban muy bien mis caderas mí cintura
muy delineada, mi pompitas respingadas, así como mi busto que se veía muy
abultadito y paradito. A eso le sumamos que me encantaba vestir con ropita muy
linda, sabía perfectamente lo que traía, y pues me sentía ¡Soñada! Pero no solo mi cuerpo evolucionó, también mi
forma de ver a vida, no me sentía más que nadie pero si sabía que tenía una
forma diferente de visión de todo lo que me rodeaba. Pero bueno; regresando a
la ropa, Bendito el día que descubrí “La ropita íntima coqueta sensual” Me
convertí en una adicta a ella, a pesar
de mí edad me fascinaba verme ante el espejo con ella puesta, sabía que se me
veía hermosa, ¡Me encantaba! Me chiflaban las transparencias, las gasas, los
encajes, los listones, los colores sexys y provocativos. Al usarla conocí sensaciones
nuevas que me alteraban de una manera
deliciosa provocándome muchas sensaciones nuevas uno de los cambios con los que
mi cuerpo me avisaba que ya no era una niña, es que noté que cuando me ponía
cachondilla, mi vagina despedía mucha humedad, que aunado con mi flujo mojaba
mis prendas y después de un rato despedía un aroma muy especial. Con el tiempo
ese olor de mí “cuquita” se me fue haciendo agradable, y ahora tengo que
confesar que de adulta me gusta mucho.
Pero vamos a ubicarnos en la fiesta de año nuevo se juntó toda la
familia de mi madre unos que ni recordaba, que llegaron a casa. Después de la
cena me dio frío y fui a mi recamará a buscar un sweter. Al entrar llamó mi
atención ver que la luz de mi baño estaba encendida, me acerqué muy sigilosamente
y al asomarme ¡Wow! Lo que vi me dejó de una pieza, uno de mis primos estaba
sentado en el escusado con una de mis pantys sucias en sus manos, y pegada
literalmente a su cara oliéndola con verdadero deleite, estaba tan excitado que
ni cuenta se dio que lo estaba observando. Mi primer impulso fue de coraje y
quise reclamarle, pero me quedé impávida por unos segundos no podía hablar ni
moverme, me sentía como hipnotizada con
esa escena. Mi corazón empezó a latir más rápido y sentí un calor que empezaba
a invadirme, algo como una corriente eléctrica me recorría todo el cuerpo, de
inmediato percibí como mi vagina producía una gran cantidad de humedad que
mojaba mi calzoncito. Tengo que ser honesta, el enojo se disipó y le dio paso a
un placer morboso, al ver cómo mí primo se estaba agasajando con ese “Chonino”
Manchado del jugo que me salió de mí “Cuqui! Y que también olía a mi colita.
Como pude recobre un poco la serenidad y opté por retirarme tan silenciosa como
llegue. Regresé a la fiesta con la cabeza hecha una maraña de pensamientos
encontrados, y sin poder borrar de mi mente las imágenes de placer de mi primo
disfrutando el aroma de mis calzones con mis secreciones íntimas. La fiesta
siguió pues e baile estaba en su pleno apogeo, yo solo tenía en la mente las
imágenes de lo que había visto momentos antes y les daba vueltas y vueltas.
Entrar me encantó pues ya eran personas de más edad y con otras
aficiones. Al poco tiempo conocí a Beto un compañero más que agradable, así que
no fue tan extraño que nos hiciéramos novios pronto, la pasábamos muy bien juntos
nos entendíamos excelente era muy buena persona y muy divertido Un Viernes se
me ocurrió invitarlo a ver una película a mi casa. Cuando Beto llegó, mi mami
estaba en su recamara así que jugueteamos un poquito con algunos besitos y
abrazos, luego pusimos la película y en lo que iniciaba él se fue al baño. Pasó
un rato, y se me hiso raro que se tardara… pero… “Hoho” Un pensamiento loco
paso por mi cabeza ¡Pero no! No podía ser, no era posible ni pensarlo… casi
corrí al baño pero la puerta tenía seguro, así que con toda cautela me asome
por la ventana de la azotehuela y … ¡Ups! Mi sospecha era cierta ¡Que cosa! ahí
estaba mi noviecito, con uno de mis calzoncitos pegado a su nariz hasta con los
ojos cerrados, mientras con la otra mano manipulaba su pene ¡Qué escena! Pero
pasó algo, me sorprendí a mí misma, al darme cuenta que no había enojo en mí
por el contrario, era casi como si hubiera deseado que sucediera, me gusto ver
a Beto así. No quise interrumpirlo, me intrigaba lo que veía ¡Pero me gustaba!
Deje que mi mano se deslizara hasta mi
entrepierna y empecé a frotarme mí “Cuquis, no tardé como me mojaba y
mojaba mi ropa, continué tocándome más fuerte hasta que presioné mucho y ¡Woow!
Las piernas se me aflojaron, la visión se me nubló, y sentí como si algo
estallara dentro de mí cimbrándome de pies a cabeza. No sabía lo que era, pero
tuve ¡Mi primer orgasmo! ¡Me había masturbado! Nunca había sentido algo tan
delicioso. Tuve que morderme los labios para no gritar ni hacer ruido. Con las
piernas aun temblando y escurriendo tremendamente de mi vagina. Llegué a la
sala con la mente llena de ideas locas, pero muy emocionada. Cuando Beto
regresó venía con una cara extraña pero más parecía de niño travieso. A partir
de ese día desperté a una verdad, tenía que aceptar que le estaba tomando gusto
a la situación
¡Y vaya que lo gozaba! Era algo nuevo emocionante, morboso, que alguien
disfrutara eróticamente con mi ropa sucia, olorosa a mis jugos vaginales y de
mí trasero, mis fantasías se daban vuelo dentro de mí mente. Por las noches me
masturbaba riquísimo, ya sea con mis manos o con mí almohada y hasta con un oso
de peluche que se convirtió en mí amante y estupendo compañero de mis
jueguitos. Entendí que tenía que ser muy cuidadosa para evitar cualquier
incidente en casa. Pues que puedo decir no sé cómo ni por qué pero se me
despertó este gusto por mis aromas y humedades femeninas, gracias a esto mis
hábitos empezaron a cambiar, inicié no cambiándome los calzoncitos todos los
días, ahora me los dejaba dos o tres días, y agarraban un olor ¡Mmmmm Rico! A
Cuquis y a cola muy de hembra. Pero hay algo que también descubrí; Que existen
muchas personas que tienen ese gusto por las ropitas femeninas usadas impregnadas
del aroma y fluidos de mujer. Claro que es un gusto que esconden muy bien, pero
ahí cuando tienen oportunidad discretamente se dan un chansecito. Ahora que; no
se crean que todo ha sido fácil cachondillo y divertido. En esta sociedad
cualquier diferencia te convierte en centro de ataques y maledicencias de mucha
gente. Yo no podía ser la excepción, he tenido muy fuertes y la mayoría, más
bien todos, han sido con mujeres. Me juzgan me señalan, me ofenden y juzgan, bueno
cada quien sus gustos y sus ideas. Aunque sin buscar tengo una pequeña
venganza, he pillado a algunos de sus esposos como discretamente aspiran mis
pestecillas (Jajaja) Para mí buena
suerte no soy una mujer muy amiguera, en realidad tengo muy pocas amistades, y
las que tengo son personas de criterio amplio y pensamiento libre, no hay
críticas de nadie hacia nadie, a todos
los respeto y acepto tal como son y ellos a mí.
Al terminar la prepa, también Beto se terminó, pues se fue a estudiar a
Monterrey y como dicen amor de lejos es de… En fin. Doloroso pero lo mejor fue decir bay bay.
Borrón y cuenta nueva…
¡Entré a la Universidad! Ahora todo era diferente con muchas
expectativas, mi único problema fue que la carrera que elegí era extremadamente
cara, y por más que hacía números no me ajustaba el dinero, estaba en la depre
económica absoluta. Especialmente ese día pues era el cumpleaños de mi nuevo
novio y no tenía dinero para comprarle algo lindo. Cuando llego por mí para ir
a celebrar, me encontró toda llorosa, lo abracé y le dije la verdad, se me
acercó mirándome de una forma como nunca lo había hecho - Hay algo que deseo y que sería el mejor
regalo que podías darme, me quede de una pieza imaginando lo que iba a pedirme – No, no es lo que piensas. Lo mire con mucho
interés y curiosidad - ¿Entonces? – Pues…Sabes
que quiero… ¡Regálame los calzoncitos que traes puestos Angy! Me quedé de una
pieza sin saber que decir, solo dije quedito -¿De verdad quieres mis calzones
sucios? – Si en serio, me fascina como hueles. No dije nada me dirigí al baño,
y mientras caminaba mi cuca dejaba escapar una fuerte cantidad de jugos, y mis
pezones se ponían como canicas. Solo de pensarlo me puse toda calentita. En el
baño me quite los calzones que traía y los puse en una bolsita, me los puse en
medio de las bubis y volví a la sala. -Toma tú regalo, hasta ese día solo nos
habíamos dado besos y caricias pero sin pasarnos del límite. Al sentir sus
dedos rosar mis senos mientras tomaba la bolsita ¡Huyy! Fue un escalofrío que
me invadió toda. Se los di y fue indescriptible interpretar su mirada su
sonrisa. Ya ni salimos, pues se fue como cohete.
Ese Domingo me encontraba en mi cama toda compungida, en eso cruce las
piernas y al hacerlo me llego el olor de mi colita Mmmmm De pronto ¡Zaz! ¡Fue
como un chispazo! Que se encendió en mi cabeza ¿Y si hubiera una forma de
vender mi ropita? Algo era seguro por expriencia sabía que había muchos hombres
a los que les gustaban mis prendas usadas, se me ocurrió y juro que nada más de
pensarlo me excite y de qué manera. Para mí era una fantasía erótica sexosa
deliciosa, todavía no lo hacia y ya lo estaba gozando.
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